Ucrania, vieja y nueva frontera
Entiendo que Rusia terminará imponiendo su ley, a rajatabla, en este tradicional satélite suyo. Y si Estados Unidos no parece dispuesto a tensar la cuerda hasta provocar una reacción violenta de un Putin con temple y poderes de dictador, podemos asegurar sin riesgo de error que Alemania, la Alemania del eterno y siempre fallido Drang nach Osten (penetración en el Este) se dará por enterada y no ejecutará ningún movimiento sospechoso durante algún tiempo, sabedora de que, en caso de un conflicto armado, la ira de los rusos caería ante todo sobre los alemanes, sus enemigos históricos.
Además, ya ahora podemos ver que Putin está aprovechando el desorden político-social imperante en el país para descuartizarlo y, al mismo tiempo, crear una zona de seguridad para ella y controlada por ella.
Toda una lección de Machtpolitik (política de fuerza), sin gestos teatrales ni retórica, a cargo de un antiguo miembro de la KGB.