Duran i Lleida o la deslealtad
De acuerdo con mi modo de ver y entender el comportamiento humano, la actividad política de Duran i Lleida, el hombre de la Tierra Media conocido en este espacio virtual como Cara de piedra, es una cadena (¿rosario?) de actos de deslealtad aderezados con declaraciones de falsa buena conciencia. Todo ello al servicio de la andorga y la faltriquera, sin olvidar el bajo vientre.
Este personaje con pretensiones de prohombre sensato y civilizado cobra de los separatistas catalanes, para los que intriga y trajina, y del Gobierno de España, contra el que maquina y espía.
¿Cabe más indignidad en cabeza de hombre?
Dicen que Jordi Pujol tenía y tiene pensado nombrarle embajador de Cataluña en los Madriles, capital del país de los españoles, entre otras razones para deshacerse de él.
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