Artículos del día 2 de septiembre de 2014

UPyD y Sosa Wagner

Considero que los dirigentes  de la formación magenta desaprovecharon  una buena oportunidad para refutar la acusación de autoritarismo formulada por Sosa Wagner.

En mi opinión, si esos dirigentes le hubieran dejado hablar tranquilamente, sin dar a entender que se sentían heridos o molestos, habrían demostrado por acción y omisión que, al menos en ese punto y en ese momento, no eran autoritarios.

La fórmula política podría ser: firmeza en los principios y  las convicciones nucleares, y flexibilidad en los contactos y las relaciones exteriores.

Entiendo que por la boca de Sosa Wagner habla la vanidad. Y, en definitiva, no es lo mismo un hombre para un partido que un partido para un hombre.

En este caso tenemos que el hombre es además mensajero de un partido de obediencia catalana, idea –un partido español y españolísimo dirigido desde allende el Ebro–  que me repugna y me hiere profundamente.

Ahí están las amargas y duras experiencias del PSOE con los falsos socialistas de Cataluña (PSC) y del Gobierno de España (Felipe González y Aznar) con los seudoconvergentes  de Pujol.

La memoria histórica me dice y me enseña que para un separatista las negociaciones son siempre y sólo transacciones.

En estos momentos, varios partidos separatistas catalanes tienen en marcha proyectos para desembarcar en la Meseta con programas trampa de captación confiados a tontos útiles en calidad de mensajeros a sueldo.

A mi entender, uno de esos  mensajeros es Sosa Wagner, habida cuenta que lo que no tiene de tonto lo suple sobradamente con vanidad.

Jordi Pujol i Soley, ¿alguien da más?

Jordi Pujol i Soley miente,

los españoles sabemos que miente,

él sabe que los españoles sabemos que miente

y, aun así, Jordi Pujol i Soley miente

y además nos acusa de querer engañarlo 

y maquinar la destrucción de Cataluña y los catalanes

con trampas y mentiras.

¿Alguien da más?

En cualquier caso parece evidente que el que miente siempre no engaña nunca

y según un dicho poco conocido, lo que no deja se deja.

Entonces, ¿de qué le sirve ni no le sirve?

O lo que viene a ser igual: ¿y si al final resulta que no resulta?