De Pujol a Mas pasando por el estado de excepción y la cárcel para los sediciosos
Artur Mas, presidente de la Generalidad de Cataluña, ha estampado su firma en el decreto por el que se convoca un referéndum independentista para el 9 de noviembre de 2014 y, al hacerlo, ha consumado su traición.
Entiendo que es momento de grandes decisiones y grandes medidas a cargo de las instancias superiores del Estado español.
El Consejo de Estado, el Tribunal Constitucional y, por encima de todo y de todos, el Rey, Jefe del Estado, Jefe de las Fuerzas Armadas y símbolo de la unidad y la persistencia de España como patria común e indivisible de todos los españoles.
Y, naturalmente, el Gobierno como Ejecutivo.
Entiendo que en estas circunstancias procede partir del peor de los casos posibles y declarar cuanto antes el estado de excepción en el ámbito territorial y competencial de la Generalidad como instancia promotora y ejecutora de un acto de sedición.
¿Han pensado Rajoy y sus colaboradores en la última trampa de Mas para colar su referéndum y en el modo de rebatirla y cortarla en seco?
¡Cuánta perfidia, cuánta deslealtad, cuánta traición!