Separatismo catalán: salto cualitativo y efecto paralizante
Entiendo que la última añagaza urdida y escenificada por Artur Mas en nombre del separatismo catalán -afrenta ignominiosa a la dignidad de toda una nación y sus ciudadanos- ha supuesto, aun así, un salto cualitativo (qualitative Leap) en la carrera a ninguna parte de un irredentismo cebado en la frustración masoquista.
En cualquier caso, escenificación y salto cualitativo han tenido hasta ahora un efecto paralizante (chilling Effect) en el Estado español y, muy concretamente, en el Gobierno y la Judicatura, instancias afectadas directa e inmediatamente por la acción de Artur Mas entendida como quebranto de la Constitución vigente.
Entiendo que lo pertinente en casos como éste es elaborar y ejecutar un plan global, a modo de ultimátum, y desmontar con un golpe certero y en seco la conjura del separatismo catalán, basada en la táctica política de la puta i la Ramoneta.
Algo que en mi opinión no debe hacerse es ceder a la argucias del indigno presidente de la Generalidad y entrar en el juego de las trampas y contratrampas, en el que éste ha demostrado por activa y por pasiva no tener rival.
Entiendo que el Gobierno de España se debe al pueblo español, del que ha recibido el mandato de defender la soberanía nacional contemplada siempre y sólo como un todo.
Con la angustia de un patriota me permito parafrasear a un filósofo contemporáneo para gritar: «En estos momentos, a España le va el ser en el ser».
Añadir comentario