Del ciudadano Albert Rivera al bolchevique Pablo Iglesias
Desde los tiempos de Pasqual Maragall, hacedor del invento, entiendo que todas las terceras vías que han surgido aquende y allende el Ebro son una y la misma, pues todas ellas tienen sello catalán y en todas ellas ese sello termina por aflorar tarde o temprano.
En las últimas veinticuatro horas, Albert Rivera, ciudadano catalán, se ha referido a la España y los españoles de la tercera vía.
¡Ya era hora!
Imagino que, convencido de que con los vascones de Rosa Díez no hay nada que hacer, ha decidido cruzar el Ebro en solitario y plantarse en los Madriles, capital del mesetario país vecino, entre otras razones por el inminente desembarco del bolchevique Pablo Iglesias en el puerto de la Barceloneta.
Cabe pensar que, al menos en principio, nuestro marxista siglo XXI se dirigirá a los pobladores del cinturón rojo de Barcelona, pero, como el tal bolchevique es dirigido y presentado por servidores de la burguesía condal, uno tiene sus dudas de que el hombre se entere de la jugada, léase cambiazo.
Sí, Cataluña es una dictadura burguesa y los dirigentes de su comunidad de lengua española son, desde hace décadas, agentes de esa dictadura y esa burguesía.
No es fácil que el bolchevique Pablo Iglesias lo vea y, menos aún, que actúe en consecuencia.
Gorriarán, lo dicho: la política no está hecha para nosotros, y la catalana, menos que ninguna.