Separatismos: de Maragall a Rivera pasando por Colau, Sostres y ABC con su tercera
Pienso que, básicamente, la trampa del separatismo catalán es siempre la misma, de igual manera que, en el fondo más hondo, ese separatismo es siempre el mismo.
En la práctica, la trampa puede cobrar forma de añagaza o trampantojo, de gesto de amistad o promesa de lealtad, de cesión o concesión coyuntural al servicio de la política de la puta i la Ramoneta, de abrazo del oso, de maniobra envolvente o de cualquier otra cosa que tenga que ver con el engaño.
Para mí, el separatista catalán, clérigo o feligrés laico, miente incluso cuando dice la verdad por la sencilla razón de que su intención es siempre engañar y salirse con la suya.
Eso, salirse con la suya y seguir avanzando hasta conseguir que el todo quede supeditado a la parte y sea esta –la parte– la que gobierne y mande en ella misma y en todo lo demás, que ya no será el todo sino una parte o parcela, acaso mayoritaria pero nunca determinante, de la antigua primera parte.
He tratado de explicárselo muchas veces a mis compatriotas españoles, pero, al parecer, estos siguen sin entenderlo y, lo que es peor, sin creerme y poner remedio.
¿Podrán poner fin al separatismo si no son capaces de situarse en el peor de los casos posibles para España y los españoles?
Por eso, los separatistas catalanes siguen adelante con su trampa, repetida una y cien veces con pleno éxito y ahora ya consagrada definitivamente como maniobra envolvente al servicio del Proceso o Proyecto nacional.
Trampa o maniobra envolvente, según mis investigaciones el primero en aplicarla fue Pasqual Maragall, hace ya unos cuarenta años.
Su penúltima versión-edición, hasta ahora, ha correspondido a una tal Colau, que se presentó como defensora social de los desahuciados de Barcelona y ha terminado poniéndose al servicio del separatismo burgués más insolidario, arrastrando con ella a todos los menesterosos, desahuciados incluidos, de esa ignominia llamada Cataluña.
Va de suyo que la inmensa mayoría del colectivo de la Colau pertenece a la charnegada, a la que, dicho sea de paso, yo también pertenezco.
Pero esa maniobra envolvente no es nada si se la compara con la que ahora mismo está urdiendo y tejiendo el ciudadano Rivera en cumplimiento de las instrucciones recibidas.
Por lo que sé y lo que, sin saber, intuyo, Rivera trabaja ahora en formar un frente antiseparatista (en su vocabulario, antisoberanista), para luego, una vez formado y reformado, llegar a un pacto de estado de carácter bilateral y constituyente.
De lo que no estoy seguro es de que el susodicho Rivera vaya a ser uno de los firmantes de ese pacto y parto de los montes.
En cualquier caso, maniobra envolvente, ¿la última?
Artur Mas tiene a punto la Declaración de Independencia y, por supuesto, los trabucaires que han de disparar las salvas de honor.
Mientras tanto, para abrir boca, Salvador Sostres seguirá con sus dribblings en ABC, periódico que un día fue de todos los españoles, dicho sea con permiso del Misacantano. Su objetivo es llegar a la Tercera, que siempre fue la primera, además de manzana apetecida por el separatismo ilustrado e influyente.
Sigo pensando que el tal Sostres posee chispa e ingenio pero, como le faltan conocimientos y formación, su techo (sostre) es más bien bajo y no es probable que su magín alumbre grandes conjuras, aunque sí es probable que las transmita y las difunda.
En cualquier caso, estoy convencido de que más pronto que tarde el muchacho dejará entrever y ver su vena separatista, pues para eso lo pusieron ahí los que lo pusieron.
Periodismo de intriga (¿investigación?) al servicio del Proyecto nacional.
Y, para terminar, una consideración intempestiva: todo lo que un ser humano piensa y escribe, sea cual fuere su techo, es una opinión.
Bueno, esa es, al menos, mi opinión.
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