Pablo Iglesias y Ada Colau, noviazgo fraudulento
Tengo la tristísima impresión de que el ilustrado Pablo Iglesias sigue sin saber que Cataluña es desde hace algo así como tres decenios una dictadura burguesa.
Dictadura impuesta por un sector, siempre variable, de la burguesía catalana con una minoría opresora y un mayoría oprimida.
En líneas generales, la minoría opresora coincide con la comunidad de lengua catalana y sentimiento mayoritariamente separatista, mientras que la mayoría oprimida es innegablemente la comunidad de lengua española y sentimiento español.
La primera está protegida lógicamente por la burguesía independentista, mientras que la segunda está abandonada a su suerte, ignorada por el Gobierno de la nación e ignorada por los partidos de ámbito nacional; en este caso, Podemos, la formación capitaneada por Pablo Iglesias.
Por todo ello, tal vez a Pablo Iglesias le convendría saber que cuando pide el derecho a decidir para los catalanes, en realidad lo está pidiendo para su burguesía, la misma que oprime y margina a los miembros de la comunidad de lengua española de Cataluña, la misma a la que sirve Ada Colau, fichada por Artur Mas con el encargo de hacerse con el voto de los menesterosos, desahuciados incluidos, en su inmensa mayoría de lengua española y ajenos al proyecto independentista.
En definitiva se trata de sumar votos y voces a la causa separatista.
Curiosamente, esa estratagema, conocida con el nombre de envolvente catalana, ya fue practicada con notable éxito por los falsos socialistas del PSC, dirigido por burgueses tan desleales como Maragall, Raventós y Serra, incluso Iceta.
Eso es algo que Pablo Iglesias podría saber y tener en cuenta a la hora de defender el derecho a decidir de los catalanes.
¿De qué catalanes? ¿De los opresores o de los oprimidos?