Ibarra: sacarlos de su error
Como cita y anáfora de una realidad llamada España, el texto de Rodríguez Ibarra en un diario capitalino que, a mi modo de ver, fue y sigue siendo el diario de todos los españoles (ABC, 16,1,2016) me inspira, entre otras muchas, estas consideraciones:
El patriotismo de Rodríguez Ibarra queda de manifiesto en este texto que considero nacido de una honda y sincera preocupación por el presente y el futuro inmediato de nuestra nación ante el embate del separatismo catalán.
«Mi voto al PSOE –dice Ibarra– es incompatible con el préstamo de cuatro senadores a ERC y Democràcia i Llibertad».
Antes, Ibarra ha comparado e incluso ha equiparado a los independentistas Carme Forcadell y Carles Puigdemont con Antonio Tejero, el conocido golpista del 23F, aduciendo como argumento que «los tres se rigen por el mismo esquema sedicioso».
Evidentemente, Ibarra tiene derecho a comparar e incluso equiparar a los separatistas catalanes con el sedicioso Tejero, pero parece evidente que mientras este último atentó contra un régimen político (la democracia parlamentaria), los separatistas atentan ahora no sólo contra ese mismo régimen sino también —y sobre todo— contra España: su esencia y su existencia, cosas ambas que Tejero trataba de defender a su manera porque consideraba que estaban en grave peligro.
Lo estaban y lo están, y no precisamente desde hace cuatro años como parece decir y creer el bienintencionado e ingenuo socialista extremeño.
Y si Ibarra se sitúa en una posición equidistante entre Tejero, en definitiva un ultra español, y los separatistas catalanes, no parece que tenga muchos motivos para escandalizarse de que la dirección de su partido practique en estos momentos un indigno e indignante comercio con los separatistas catalanes basado en la compra-venta de votos: votos españoles por votos antiespañoles.
Si «sacarles del error» es gramaticalmente imposible, sacarlos del error es posible y urgente. Para ello hace falta, además de lealtad, una perspicacia que, por desgracia, no vislumbro en el bando de Ibarra, que –quiero creer– en el fondo es el mismo de Tejero.
¿O no?
Entiendo que, en definitiva, para hacer frente al separatismo catalán es necesario estar en condiciones de reproducir el proceso mental de sus líderes y saber que todas sus acciones tácticas y estratégicas se basan en la perfidia más desleal.
No se trata de utilizar sus armas sino de conocerlas para poder contrarrestarlas con los medios que el Estado de derecho pone a disposición de sus representantes políticos.
Hasta ahora los españoles no hemos sabido hacerlo. ¿No será acaso porque el primer enemigo está dentro de nuestras filas?
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