De la España invertebrada a la España desvertebrada pasando por la dictadura
Coincido con Ortega y Gasset en que la España que inicia el siglo XX es una España invertebrada.
Sociedad invertebrada, nación invertebrada; y viceversa.
A partir de ahí, entiendo y sostengo por mi cuenta y riesgo que la sublevación/intervención de Franco es un intento de vertebrar la nación española, instituciones y sociedad civil, manu militari.
Terminada la contienda, esa misma sociedad civil, constituida oficialmente en pueblo español, aclama al vencedor y se somete unánime y jubilosamente a su dictado.
Sí, sí, unánime y jubilosamente.
Es la hora gloriosa y triunfal de los militarismos. Esos militarismos, con sus variantes y sus modalidades, encarnan el espíritu de la época.
Como no podía ser por menos, la burguesía en bloque, sin distinción de credo, lengua, ideología y parcela geográfica, abraza el nuevo evangelio y se integra en la estructura de poder triunfante.
Y, como no podía ser por menos, sobrevive al régimen y lo traiciona.
Para las burguesías periféricas –ahora, sí, cada una ellas con su identidad propia y diferenciada–, la «lucha» contra el franquismo y su herencia es la lucha contra España, contra todo lo español, contra todos los españoles.
Su objetivo es desvertebrar España y demolerla para, acto seguido, dominarla.
España es una entelequia; el pueblo español, una imagen retórica inventada por el franquismo.
En última instancia, esas burguesías, sedicentes modernas y democráticas, que ahora declaran no sentirse españolas aspiran a suplantar a la burguesía castellana, de estirpe feudal, y apoderarse de todos los territorios de la Iberia histórica.
En esas están.
Y los españoles sin enterarse.
Pregunta: ¿la sublevación de Franco evitó la destrucción de España o la retrasó?