Ciudadanos, Partido de la Ciudadanía

La formación política conocida hoy como Ciudadanos nace en julio de 2006, en Barcelona, bajo el impulso de un grupo de intelectuales pertenecientes en su mayoría a los campos de la enseñanza y los medios de comunicación.

En su manifiesto fundacional, esos intelectuales se declaran abiertamente contrarios a la política socioeducativa, sobre todo lingüística,  puesta en marcha por el catalanismo institucional, un catalanismo clasista y excluyente que en la práctica actúa como un partido único y apunta, cada vez más abiertamente,  a la monopolización de las instancias de decisión y representación democrática de esta comunidad autónoma.

En las elecciones autonómicas del mismo año, Ciudadanos, dirigido por un jovencísimo Albert Rivera, consigue en torno a  90.000 votos  y, acto seguido, comparece en el Parlamento de Cataluña con tres diputados.

En el 2007 la formación concurre a las elecciones municipales y en el 2008 a las generales, pero los  resultados obtenidos no son precisamente alentadores, lo que lleva a su dirección a establecer contactos con la UPyD de Rosa Díez en busca de un relanzamiento del partido a escala nacional.

Desaparecida  UPyD, Ciudadanos se adueña de buena parte del  espacio demográfico correspondiente al centro izquierda y a la socialdemocracia, lo que supone, además de una considerable entrada de votos, la instalación definitiva del partido en el ámbito español.

En las elecciones generales de 2016, el partido capitaneado por Albert Rivera obtiene 3.125.761 votos y alcanza la cuarta posición, sólo superado por el PP, Podemos y PSOE.

En ese mismo contexto, la dirección de Ciudadanos elabora y presenta una nueva formulación de su ideario programático. Ahora se define como un partido liberal de centro derecha, lo que significa que ha pasado de la izquierda a la derecha en lo político, en lo social y, sobre todo, en lo económico.

Salto cualitativo y cambio de bando. Socialdemocracia y, en buena medida, Estado de bienestar son sacrificados en aras de una concepción de la sociedad como máquina productiva con nombre de liberalismo.

Para muchos españoles, hoy esta formación se inscribe, tout court, en la derecha más pragmática  y menos ideologizada. Busca abiertamente  la alianza  con el PP, partido que se declara deudor del humanismo cristiano, mientras que los Ciudadanos de Rivera apuestan de facto por un laicismo de corte europeo y, por lo tanto,  exento de toda referencia a principios transcendentes.

Y si en lo político su principal ideólogo ha sido desde un principio Francesc de Carreras, jurista prestigioso de ideario laxamente socialista, en lo económico su primera autoridad es actualmente Luis Garicano, hombre de tendencia liberal  próximo al IBEX 35.

Garicano, con su equipo de expertos, ha elaborado el nuevo programa económico del partido con propuestas directas de inspiración estadounidense (incentivación del trabajo y el rendimiento personal) y europea (contrato único indefinido y ayudas a los trabajadores con las rentas más bajas y/o en paro).

En resumen, pragmatismo y solución de problemas concretos que afectan al conjunto de la sociedad o, si se prefiere,  dinamización de la actividad económica de la nación en su conjunto.

Estamos en Europa y  aquí manda la economía de mercado.

Tres consideracciones

 1) Aunque Ciudadanos nace en Cataluña y en un primer momento se declara abiertamente contrario al catalanismo independentista, con el paso del tiempo establece una extraña entente cordiale con él. De hecho, los dos bandos escenifican un enfrentamiento de baja intensidad, toda vez que los independentistas procuran no hacer sangre en los nuevos disidentes y estos nunca denuncian los delitos más graves de los separatistas, que, a mi entender, son la instauración de una dictadura burguesa en Cataluña, con una comunidad lingüística minoritaria y opresora, y una comunidad lingüística mayoritaria y oprimida, junto con la imposición, igualmente dictatorial, de una política educativa que atenta gravísimamente contra el derecho de todo ser humano a recibir enseñanza en la lengua materna, derecho del que aquí y ahora ha sido privada dolosamente más de la mitad de la población escolar.

Esa es hoy la situación.

2) Entiendo que el deslizamiento/corrimiento de Ciudadanos de izquierda a derecha obedece a un plan táctico-estratégico, de acuerdo con el cual Rivera ha recibido la orden de situarse cerca del PP por ser, hoy por hoy, el partido con más posibilidades de acceder al poder. En ese supuesto y dado que no parece probable que los populares alcancen la mayoría absoluta en un futuro previsible, Rivera tendría/tendrá la oportunidad de desempeñar el papel de pieza clave y determinante de que tanto gustan los catalanes y así vender sus magros y siempre calculados apoyos con altísimos beneficios.

La maniobra, conocida también con el nombre de envolvente, permitiría montar una vez más la pinza catalana con una Generalidad controlada por hijos de la burguesía más desleal y un Rivera radicado ahora en Madrid y tutelado ahora y siempre por Francesc de Carreras.

3) Tengo para mí que Francesc de Carreras está llamado a ser un elemento muy influyente, incluso decisivo,  en la elaboración y presentación de la respuesta jurídica e institucional que el Gobierno de España habrá de dar, más pronto que tarde, al desafío rupturista del independentismo catalán. Él mismo ya ha apuntado en qué podría consistir la primera medida a adoptar por parte del Estado, un Estado que lo es de derecho y, por lo tanto, tiene la ley a su favor.

Lo que no ha dicho De Carreras es que él está y estará ahí para completar la pinza y hacer que funcione.

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