Problemas para el PSC y Ciudadanos en beneficio de Podemos
Entre un Rajoy preelectoral y un Rajoy poselectoral, el maquiavélico Iceta opta por Podemos.
Parece que esa va a ser su próxima jugada: liquidar definitivamente el PSC, partido de los falsos socialistas catalanes, y entregar los votos que aún le queden al Podemos de los eternos debatientes televisivos.
Podemos no es una formación política, Podemos es pura basura sólo útil para los que quieren triturar y aniquilar lo que la sociedad española tiene de proyecto conjunto y ordenado.
A mi entender, su sumisión y su entrega al sector más antisocial e insolidario de la burguesía catalana constituyen uno de los delitos más irracionales de la política española.
Imagino que la Gestora ha venido siguiendo las maniobras del tal Iceta al frente del PSC y ha llegado al convencimiento de que no hay otra solución que recuperar la presencia directa del PSOE en Cataluña, sin comisionistas ni revendedores.
El tal Iceta ha tramado su última traición y es de suponer que sólo espera cobrarse el precio.
Mientras tanto, el ciudadano Albert Rivera ha recibido la orden de cruzar definitivamente la línea que separa a Cataluña del Madrid de los borbones y, cual submarino furtivo, se dispone a adentrarse en aguas de la derecha española.
Diría que el ideólogo y estratega de la nueva singladura, hombre de muchas carreras, ha olido el poder y ha ordenado a su pupilo y subalterno que ponga proa a la Moncloa, Manzanares arriba.
Y en esas está el muchacho con su submarino de bolsillo.
Lamentablemente para él y su jefe, algo así como la mitad de la tripulación no está por la labor. Ciudadanos nació en Cataluña en protesta por los abusos del separatismo burgués e inicialmente la formación estuvo integrada y dirigida por elementos de una izquierda ilustrada a la que supuestamente también pertenecía su actual y único estratega.
¿Error de cálculo? No sería ni el primero ni el más grave de su ya larga y activa carrera.
En cualquier caso, estoy convencido de que los dirigentes/litigantes/debatientes de Podemos acogerán de buen grado a los náufragos, sin preguntarlos por su identidad política.