Rajoy y los «catalanes engañados».
Rajoy, hombre que nunca se distinguió por su valentía, dice ahora que los «catalanes han sido engañados».
En cierto modo es verdad. Pero, antes de ser engañados, fueron abandonados a su suerte por el Gobierno de España. No sólo los catalanes sino todos los ciudadanos españoles de Cataluña.
Y no cabe la menor duda de que en ese abandono hay que incluir y contabilizar como responsables directos a los sucesivos gobiernos de España desde Suárez hasta el propio Rajoy.
¿Es que acaso Rajoy o algún otro dirigente político de la Meseta ha intentado averiguar qué quieren realmente los separatistas catalanes para, acto seguido, poner remedio a ese gravísimo problema?
En pocas palabras: Los separatistas catalanes no quieren la independencia de Cataluña en sentido convencional sino algo infinitamente más ambicioso. De hecho, partiendo de la soberanía compartida, las élites catalanas aspiran a controlar y dominar lo que históricamente hemos llamado España.
Tengo pocas esperanzas de que Mariano Rajoy se entere realmente del problema y menos aún de que ponga en práctica un remedio que no sea el de esperar a ver qué pasa.
Para mí, como español residente en Cataluña en condiciones de muerte civil desde hace más de treinta años, Mariano Rajoy es un cobarde y, por cobarde, un irresponsable.
Y, si se consuma la destrucción de España, será obra de traidores y cobardes.