¿Un referéndum con sorpresas?
Quiero pensar que el Gobierno de España ha tomado las medidas necesarias para controlar la acción de los separatistas catalanes, y sobre todo sus trampas, a fin de que el referéndum no dé lugar a una situación de caos generalizado, en beneficio de éstos, que, por lo que sabemos, no tardarían en proclamar a voz en grito su vieja consigna: ¡Sálvese el que pueda!
Pero si hay algo de lo que estoy plenamente convencido es de que los separatistas pondrán en juego todos sus recursos para burlar la vigilancia de nuestro Estado, que lo es de derecho y por derecho, y convertir lo que empezó siendo y debería seguir siendo una cadena de infracciones de la Ley de leyes en un conflicto de legitimidades y, a la postre, en un litigio político entre dos sujetos de igual rango, el Gobierno de España y la Generalidad de Cataluña.
Eso, con un desenlace tan nefasto como irreparable para España, sería para mí una de las grandes tragedias de toda nuestra historia, una tragedia que los españoles podemos y debemos evitar a toda costa.
Digamos que en estos momentos a España y los españoles nos va el ser en el ser.