El 1 de octubre y la ley catalana
De acuerdo con mi modo de ver y entender las cosas de Cataluña, la actividad de sus representantes políticos responde a una fórmula universal en el tiempo y el espacio.
Primero, la trampa; una vez impuesta la trampa, el diálogo; una vez impuesto el diálogo con todos sus engaños, la ley catalana con todas sus vilezas y deslealtades.
Resultado: Cataluña –la parte– se ha impuesto a España –el todo– por la vía de la traición.
¿Ocurrirá eso el próximo 1 de octubre?
Evidentemente no lo sé. Pero estoy convencido de que los representantes políticos de Cataluña lo intentarán y, en caso de que les falle el plan, volverán a utilizar el recurso histórico del victimismo.
¿Otros cincuenta años de españolismo? Los que hagan falta para sobrevivir.