Irredentismo catalán: canto a la deslealtad
Muerto Franco y extinguido su régimen como clase dominante e ideología única, separatistas catalanes de variado pelaje, desde burgueses de la Bonanova y Sant Gervasi hasta antisistemas y anarcos del Pople Sec y la Barceloneta, pasando por monjes montserratinos más dados a la intriga que a la oración, se unieron y reunieron para conjurarse contra España y los españoles.
¿Revancha histórica? ¿Fin del irrendentismo catalán? ¿República catalana?
Algo así como cinco décadas de guerra sucia han eclosionado no en la destrucción o la ruina de España, nación con raíces milenarias, sino en el hundimiento político y el descrédito moral y social de media docena de bandas de advenedizos de la especulación política atrapados en su propia deslealtad.
Bastó con que el Estado de derecho hiciera valer la Ley para que la conjura se viniera abajo y los conjurados se dieran a la fuga y se delataran unos a otros.
Todos ellos contra todos ellos.
Los autodenominados representantes del pueblo catalán han alcanzado simas de indignidad y vileza difíciles de igualar.