Banderas de España en Sabadell
Parece evidente que el separatismo catalán camina hacia su descrédito total o casi total. La internacionalización del proceso, con sus incontables e inadmisibles actos de deslealtad, va a ser, probablemente, la clave de su hundimiento. Países de todo el mundo, pero en especial de Europa, han tenido ocasión de ver y conocer de primera mano qué quieren los separatistas catalanes y cómo planean conseguirlo. Nada más y nada menos que el derecho a una independencia ficticia -¿simbólica?- impuesta a España y, acto seguido, financiada por España en incómodos plazos.
¿Cabe tanta perfidia y tanta ingenuidad en cabeza humana? Por lo visto, sí. Wait and see.
El hecho es que ayer se reunieron en Sabadell unas tres mil personas para gritar ¡viva España! Manifiestación doblemente transversal ante un ayuntamiento copado por miembros de una presunta izquierda sometida a la burguesía local y enfrentada a la izquierda social y socialista.
Pequeñoburgueses aconductats frente a charnegos emancipados (¿manumitidos?)
En cualquier caso, mani doblemente transversal, como corresponde a una sociedad dividida por la mitad de acuerdo con un eje vertical y un eje horizontal: en lo ideológico-económico y en lo socio-político.
En el fondo, una sociedad con dos comunidades lingüísticas y políticas, cada una de ellas con su propio sentimiento de pertenencia.
La dictadura catalanista, de estirpe burguesa y siempre minoritaria, tiene los días contados, aunque sólo sea porque, como me enseñaron en el cuartel:
Objetivo visto, objetivo destruido.
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