De la investidura telemática al limbo jurídico pasando por la política telemática
Entiendo que la investidura telemática de Carles Pigdemont llevaría inmediatamente a un gobierno autonómico igualmente telemático. A partir de ahí, cabe imaginar que se pasaría a una política telemática y, llegada la hora, a una República catalana igualmente telemática que por su naturaleza se situaría en un limbo jurídico, esto es, fuera de la jurisdicción española. Todo ello sin solución de continuidad y, como es lógico, sine die. El calendario lo fijan ellos.
De ese modo los separatistas catalanes conseguirían uno de sus grandes sueños. Estar fuera del alcance de las leyes españolas y, al mismo tiempo, dirigir la política catalana e intervenir decisivamente en la política española, ya sea de manera directa o por persona interpuesta.
La investidura de Puigdemont es, en mi opinión, el primer fraude de una cadena de fraudes sin otro límite ni otro fin que la destrucción de España. Ese es el objetivo final.
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