¿Se puede comprender a un separatista catalán? ¿Cómo?
Personalmente considero que un español medio puede llegar a comprender a un separatista catalán, en el bien entendido de que comprender a alguien no significa coincidir con él en la manera de ver y valorar las cosas.
De acuerdo con mi experiencia, hecha de muchas experiencias, una de las maneras de llegar a comprender a un separatista es meterse en su cabeza y reproducir sus procesos mentales, teniendo en cuenta principios psicológicos básicos y prácticamente de valor absoluto para él, como son el rechazo de la violencia física a pecho descubierto y en campo abierto (no así de la violencia psicológica y la violencia física solapada y/o encubierta), junto con el apego al encubrimiento en muchas de sus modalidades.
Frente a la violencia física, el separatista catalán prefiere el diálogo, que es la vía que lo llevará a su terreno predilecto, el de la intriga y el engaño. Si es político, aquí se entregará a la práctica del juego sucio hasta que su rival reviente o se vuelva loco. De hecho, la actual situación socio-política de España, arrastrada al caos por los separatistas catalanes, puede entenderse como una prueba concluyente de que, en el ámbito de la guerra sucia, los separatistas catalanes son invencibles o, como mínimo, irreductibles.
El término república virtual puede ser en parte una invención del Insomne, pero su puesta en práctica será a buen seguro obra de nuestros queridos y odiosos separatistas.
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