Guerra sucia y separatismo
El separatismo catalán no sólo ha salido con vida de su enfrentamiento con el Estado español, incluido el artículo 155 de la Constitución vigente, sino que, una vez recuperado del susto, ha vuelto a echar mano de su hoja de ruta con toda una panoplia de intervenciones que evidentemente tienen por objeto poner en jaque permanente al Gobierno de Mariano Rajoy.
Guerra sucia basada en golpes tácticos como plantes y desplantes con carácter de desobediencia institucional y actos públicos o semipúblicos a cargo de organizaciones adictas, formadas e informadas.
Con ello se pretende ir caldeando el ambiente para la escenificación de una jornada de desobediencia de todas las instituciones catalanas.
Oficialmente, ésta será protagonizada por la sociedad civil, no por los partidos políticos ni por sus líderes, y, como es lógico, contará con el plácet de la Conferencia Episcopal Tarraconense en pleno.
Lo dicho: la guerra sucia es el elemento y el alimento de los separatistas catalanes.