Artículos del día 16 de abril de 2018

Guerra furtiva sobre el tablero europeo

A estas alturas de la partida Cataluña-España, el bando separatista ha conseguido distribuir inteligentemente sus piezas sobre el tablero europeo basándose en el control y la activación de un conjunto de puntos fuertes o baluartes situados en ciudades con valor de centros neurálgicos de carácter político.

Los nombres de esas ciudades del Viejo Continente son hoy de dominio público.

Como es lógico, los nuevos puntos fuertes vendrán a sumarse a los ya existentes en España y, concretamente, en Cataluña, que en un principio actuarán en su conjunto como cerebro o, si se prefiere, como mando estratégico.

La idea básica es atacar simultánea o alternativamente, siempre de manera coordinada, objetivos situados no sólo dentro y fuera de Cataluña, dentro y fuera de España, dentro y fuera de la Unión Europea sino también dentro y fuera de las diferentes legalidades nacionales, preferentemente con  acciones por sorpresa bien planificadas y ejecutadas, como golpes tácticos y emboscadas.

Golpear y dormir.

Una variante moderna o postmoderna de la guerra de guerrillas con una tropa móvil,  a menudo invisible  e imprevisible.

Siempre ventajistas, los separatistas catalanes juegan ahora con la ventaja subjetiva y objetiva de que lo que han obtenido -¡usurpado!- no lo van a soltar ni por las buenas ni por las malas y, en consecuencia, todo lo que han conseguido y consigan en el futuro van a ser ganancias.

¿Se acuerdan ustedes de la inmersión lingüística  obligatoria y excluyente?

A esas ventajas se sumará  otra aún más convincente para sus seguidores, en especial para los miembros de su burguesía: en ningún caso habrá represalias a cargo del Estado español por la sencilla razón de que, concluidas las hostilidades,  no habrá Estado español.

La parte habrá devorado al todo.

Palabra de golafre.