Aquarius, vergüenza y esperanza
El buque Aquarius ha llegado al puerto de Valencia con su ominoso cargamento humano. En general, la medida de Pedro Sánchez y su equipo ha sido bien acogida en España y fuera de ella, en cuanto que ha generado un movimiento de solidaridad humana y humanitaria.
Que dure y fructifique.
Por lo pronto, Merkel se ha puesto a preparar rápidamente una cumbre sobre el asunto de los refugiados con sus aliados/subalternos europeos.
Quiero suponer que entre éstos últimos estará nuestro actual jefe de Gobierno, que así recibirá un fuerte espaldarazo en su arriesgada y errática singladura política.
¿O es que alguien sabe adónde quieren llevar la nave de España Pedro Sánchez y los que le marcan el rumbo desde el puente de mando y desde tierra?
Evidentemente yo no lo sé, pero me temo lo peor.