Ni derecha ni izquierda, España en el recuerdo
Me equivoqué rotundamente en mi planteamiento y mis predicciones sobre las elecciones del PP para nombrar un nuevo presidente.
El partido está -¿irremisiblemente?- partido por la corrupción.
Mal para la derecha y, sobre todo, mal para España. Ahora no tenemos ni una derecha ni una izquierda decente.
Los separatistas mandan y le dicen al Gobierno de España lo que debe hacer.
Objetivos simultáneos y complementarios:
la destrucción de España por vaciado y nihilización de sus estructuras de Estado, acompañada por el empoderamiento de Cataluña como República suprasoberana y supraindependiente con jurisdicción plena e indivisa no sólo sobre su territorio sino también sobre los territorios autónomos y semiautónomos de lo que un día fue España.
Imagino que, llegado el momento, los españoles se enterarán de todo ello por los periódicos y a balón pasado, pero yo, que ya soy viejo, lo estoy viviendo desde hace tiempo como recuerdo amargo.
¿Quién me enseñó dulce et decorum est pro patria mori?
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