La hora de las organizaciones paramilitares
La historia europea de los dos últimos siglos nos enseña que la ocupación del poder por parte de movimientos totalitarios alumbradores de futuros regímenes dictatoriales acostumbra a ir precedida por la acción de organizaciones militarizadas o paramilitares, creadas ad hoc, que, además de ocupar las calles en manifestaciones/demostraciones y desfiles clamorosos, difunden e imponen a la sociedad las consignas del nuevo orden emergente/triunfante.
Así fue en la Europa de nuestro pasado casi inmediato y así ha empezado a ser ahora en la España de la futura República catalana.
El partido único es por definición hegemónico, absolutamente hegemónico. Siempre.
Para mí, el populismo es, más que ideología, retórica y tramoya.
Y si es cierto que la situación actual de Cataluña parece un fenómeno socio-político de última hora, también lo es que en realidad ese fenómeno se ha ido gestando durante los últimos cincuenta años.
Mientras tanto, organizaciones paramilitares de obediencia catalanista han iniciado su actividad con una serie de intervenciones, secretamente programadas, que en su conjunto se podrían catalogar como terrorismo de baja intensidad.
De momento, porque lo lógico es que la intensidad vaya subiendo con el paso del tiempo hasta provocar el deseado cambio de régimen político en España por la vía de los hechos consumados, especialidad de la cocina catalana.
Dicen que ahí, en ese momento y en esa situación, el principio de realidad se impondrá a todas las leyes del Estado de derecho.
Y España dejará de ser España.
Eso no impide que ésta sea la hora de los Comités de Defensa de la República catalana con sus organizaciones subalternas y sus confluencias.