¿Qué une a Pedro Sánchez y Quim Torra?
Para mí, Pedro Sánchez es, ante todo, un indigente intelectual que no sabe lo que es España y a duras penas sabe lo que quiere. Su ambición personal palia en buena medida esas y otras carencias y le permite jugar sus bazas e incluso ganar una partida inverosímil. Pedro Sánchez es un político prestidigitador.
De hecho, gracias a la mediación del maquiavélico Iceta, Sánchez consiguió formar gobierno con separatistas catalanes de diversos matices y el anarco amorfo Pablo Iglesias con sus confluencias.
Por razones que no quiero exponer aquí estoy convencido de que el susodicho Pedro Sánchez está negado para el pensamiento abstracto y en política sus planteamientos no son transparentes pero sí elementales.
Quim Torra pertenece a la Cataluña profunda genética, intelectual y políticamente. Sigue la línea de Prat de la Riba. Su lealtad a Cataluña es incompatible con cualquier otra lealtad y, según él mismo, se debe al mandato que ha recibido del pueblo de Cataluña. Habrá que creer que lo cree.
Pedro Sánchez tiene como aliado político y, parcialmente, compañero de viaje a Quim Torra, lo que ocurre es que Pedro Sánchez pretende llegar al Estado federal como destino final y el catalán Torra, siempre catalán, quiere cubrir ese tramo sin pagar peaje y continuar viaje hasta una Confederación Peninsular que, según sus cálculos y previsiones, a la postre será liderada por una República Catalana supraindependiente.
Está previsto asimismo que en esa Confederación Peninsular encuentren acomodo las sucesivas levas de ejecutivos catalanes que han de gestionar la Generalidad y sus ramificaciones territoriales y que en otro caso tendrían que ir al paro o emigrar y trabajar al servicio de países extranjeros.
Entiendo que Pedro Sánchez sólo ambiciona alcanzar su objetivo, ser jefe del Gobierno español y convertir España en una república federal (naturalmente, sin rey), mientras que el catalán Quim Torra y los suyos se proponen vender a Europa su conjura como un proyecto para arrancar definitivamente a España y los españoles de su miseria y convertir esta anticuada nación en un Estado moderno, progresista y europeo.
Nota
Considero que, si Pedro Sánchez está negado para el pensamiento abstracto, el español medio de la Meseta es incapaz de reproducir, aunque sea sólo por simulación, el proceso mental de un separatista catalán en sus razonamientos.