El último proyecto de Manuel Valls
El franco-catalán -nunca franco catalán- Manuel Valls ha decidido presentarse como candidato a la alcaldía de Barcelona en las elecciones municipales de 2019.
Para ello buscó, en un primer momento, la compañía del ciudadano Albert Rivera, que le ofreció su apoyo y -puedo imaginar- la logística de su partido en la organización y la dirección de la campaña.
Pero, desde entonces, a Valls no han dejado de llegarle propuestas de apoyo y adhesión más prometedoras y por lo tanto también más apetecibles.
De todas ellas, la más interesante para él es sin duda la formulada recientemente por un sector de la burguesía condal. Parece ser que este influyente colectivo pretende ahora recuperar y reexplotar el catalanismo cosmopolita que caracterizó la gestión municipal de Pasqual Maragall.
Lo que se pretende en concreto es que el catalán Manuel Valls, siguiendo sus instrucciones, relance el espíritu de Barcelona 92 y haga de esta ciudad la capital única y permanente de una futura España sin españoles.
Para completar la operación, Ada Colau y Ferran Mascarell serán premiados con sendos destinos que tendrán valor de sendos ascensos. Ella, en un primer momento, actuará como asesora (spin doctor) de la alcaldesa Carmena, pero con el tiempo pasará a ser la principal representante política de la Generalidad en el país vecino, mientras que él será nombrado embajador plenipotenciario de la República de Cataluña en los Madriles, capital que fue de todas mis Españas.