Artículos de enero de 2019

La política española se catalaniza aún más


Gabriel Rufián, el subalterno, ha manifestado recientemente que Podemos ofreció la cabeza de Josep Borrell al bloque separatista catalán a cambio del apoyo de éste a los presupuestos de Sánchez.

Como entiendo que la propuesta tiene el sello de la traición y el cambalache no puedo decir que no sea cierta.

De hecho está en la línea de los últimos cincuenta años de historia de España y su apéndice catalán.

Siguiendo esa línea me malicio que los programadores y valedores de la República de Cataluña quieren fichar ahora al polivalente Josep Borrell para convertirlo ipso facto en su ministro de Asuntos Exteriores.

Dit i fet.

Evidentemente, en el pack van incluidos el cargo, sus secretos, sus contactos.

Peix al cove!

Lo que me gusta, lo que me disgusta y lo que no soporto

Confieso que me gusta todo lo español, incluido lo que no me gusta.

Confieso que me disgusta todo lo antiespañol, incluido lo que no me disgusta.

Confieso que lo que peor soporto es la falsedad y la deslealtad de los separatistas catalanes.

¿Qué va a ser de España?

No lo sé, pero me temo lo peor.

¿Y qué es lo peor para España?

A mi modo de ver y entender, que políticos españoles como Pedro Sánchez perpetren y consuman la traición ideada y programada por separatistas catalanes por espacio de cincuenta años.

Una conjura que ha durado cincuenta años y probablemente va a estallar en forma de caos social y político en pocos meses.

La historia es de los muertos.

¿Y el futuro?

El futuro de España está reservado a los traidores.

Yo los veo como sus herederos.

Tu gesto

Tu gesto de lealtad me vivifica.

Gracias por la flor, Margarita.

La guerra de las Autonomías

Según dirigentes separatistas, Cataluña lleva décadas en guerra con España.

Guerra sucia a la catalana manera.

Guerra contra España, que financia su propia destrucción y desintegración, al tiempo que financia el empoderamiento de una Cataluña que pronto será más que una república independiente.

Una Cataluña cerrada a todo lo español y una España abierta a los agentes del separatismo catalán, de modo que puedan crear, organizar y promover focos afines a su causa en todos los rincones de España.

A partir de ahí, la guerra de las Autonomías.

España paga y los separatistas dirigen su destrucción y la usurpación de su soberanía por persona interpuesta (léase Pedro Sánchez).

Ellos son los dueños de nuestra Patria.

Ante esa situación, ¿qué puede hacer un Viriato extremeño con sus cuatro tribus en pie de guerra?

Una derecha honrada y leal a España

Sueño con una derecha honrada y leal a España.

Por lo tanto, con una derecha libre de la doble corrupción -económica e ideológica- inherente a aquella corriente que, a través de hombres como Pío Cabanillas, Martín Villa y sobre todo Fraga Iribarne, superó la prueba trampa de la Transición y se democratizó en aras de la supervivencia para conservar bienes y privilegios de un reducto social e ideológico.

Después, esa corriente consiguió mantenerse viva gracias a figuras de tan corta talla intelectual y política como Aznar y hoy es representada -¿dirigida?- por un aprendiz de político llamado Pablo Casado.

En definitiva, la derecha española sigue aferrada a su corrupción histórica, que encubre y protege echándole años y tierra encima.

Lamentablemente, esa doble corrupción de la derecha se corresponde con la doble traición de la izquierda, una izquierda que a través de figurantes como Pedro Sánchez pacta con la burguesía separatista de Cataluña la independencia de esta región española a cambio de su apoyo político para que él se perpetúe en el poder.

Doble pacto contra natura.

Nuestro jefe de Gobierno, que se dice de izquierdas, entrega el poder a una burguesía que es por definición antiobrera y antiespañola.

Pero la derecha, atrapada en su corrupción congénita, no está en condiciones de alzar la voz y pedir a todos los españoles que, dejando a un lado las ideologías, acudan a defender España como un solo pueblo y una sola alma.

Lo dicho, España necesita con toda urgencia una derecha honrada y leal.

Mi voz para VOX

Si Dios me concede la desgracia de vivir el tiempo suficiente, pienso votar a VOX por imperativo patriótico.

Entiendo que padezco el patriotismo del emigrante, un patriotismo irremediablemente nostálgico y sin matices.

La Patria como realidad y como ideal.

Pienso que la aparición de VOX es una reacción a la deslealtad de los separatistas y me gustaría que esa reacción fuera muchísimo más amplia, muchísimo más profunda, muchísimo más intensa.

Para mí, cuando están en peligro el presente y el futuro de España como realidad, no hay ideologías que valgan.

Es evidente que la cabeza no me da para más.



La gran traición de nuestras falsas izquierdas

Entiendo -porque me lo ha enseñado la historia- que la división y la desintegración de una nación comportan siempre y necesariamente la división y la desintegración de su sociedad.

Entiendo que la división y la desintegración de una sociedad comportan siempre y necesariamente un incremento de la pobreza de las capas inferiores de esa misma sociedad, incluso su ruina.

Entiendo que la división y la desintegraciön de la nación española y la sociedad española constituyen a la vez un delito y una traición; delito contra la humanidad, traición a la sociedad española, en especial a sus capas inferiores.

Entiendo que la división y la desintegración de la nación española y la sociedad española responden a un plan ideado y dirigido básicamente por el sector más insolidario y reaccionario de la burguesía catalana, secundado y apoyado por nuestras falsas izquierdas en un pacto contra natura por partida doble, dado que es a la vez antiespañol y antiobrero.