Sueño con una derecha honrada y leal a España.
Por lo tanto, con una derecha libre de la doble corrupción -económica e ideológica- inherente a aquella corriente que, a través de hombres como Pío Cabanillas, Martín Villa y sobre todo Fraga Iribarne, superó la prueba trampa de la Transición y se democratizó en aras de la supervivencia para conservar bienes y privilegios de un reducto social e ideológico.
Después, esa corriente consiguió mantenerse viva gracias a figuras de tan corta talla intelectual y política como Aznar y hoy es representada -¿dirigida?- por un aprendiz de político llamado Pablo Casado.
En definitiva, la derecha española sigue aferrada a su corrupción histórica, que encubre y protege echándole años y tierra encima.
Lamentablemente, esa doble corrupción de la derecha se corresponde con la doble traición de la izquierda, una izquierda que a través de figurantes como Pedro Sánchez pacta con la burguesía separatista de Cataluña la independencia de esta región española a cambio de su apoyo político para que él se perpetúe en el poder.
Doble pacto contra natura.
Nuestro jefe de Gobierno, que se dice de izquierdas, entrega el poder a una burguesía que es por definición antiobrera y antiespañola.
Pero la derecha, atrapada en su corrupción congénita, no está en condiciones de alzar la voz y pedir a todos los españoles que, dejando a un lado las ideologías, acudan a defender España como un solo pueblo y una sola alma.
Lo dicho, España necesita con toda urgencia una derecha honrada y leal.
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Sin categoría escrito por el 20 de enero de 2019 y
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