El Estado de las autonomías, rumbo al abismo
Se acostumbra a decir que el Estado de las autonomías se creó básicamente para contentar a los separatistas vascos y, en especial, catalanes. En pocas palabras, para frenarlos y controlarlos con una estrategia preventiva.
En mi opinión, esa es la excusa.
Estoy convencido de que en realidad el Estado de las autonomías se creó deliberadamente como hoja de ruta de un plan (¡conjura!) que debía llevar a la destrucción y desintegración de España por una vía más o menos pacífica pero inexorable.
Así, una vez puesto en marcha el plan, los separatistas catalanes tomaron en sus manos las riendas de la Nación y con sus malas artes empezaron a dirigir la política de España en su conjunto, además de la de Cataluña en régimen de exclusividad, mientras que, a partir de ahora, el llamado Gobierno central se limitará a cumplir sumisamente las instrucciones que le vaya dictando la Generalidad.
En esas estamos. Nos dirigimos fatalmente al abismo. España está a punto de desaparecer, víctima de nuestra cobardía y nuestra traición.
¿Alguien me puede decir qué pinto yo en esta farsa monstruosa e indecente?