El fenómeno Pedro Sánchez
Mal que me pese, debo confesar que, en mi opinión, Pedro Sánchez es en estos momentos la gran figura de la política española.
Figura ascendente con un ambicioso programa al servicio de su particular visión de una España futura.
Una España entre la federación y la desintegración.
El hecho es que el muchacho se ha impuesto claramente a sus enemigos de izquierdas, falsos socialistas y falsos bolcheviques, y, según múltiples indicios, está a punto de imponerse con rotundidad a sus rivales de derechas, la derechita cobarde, la extrema derecha y los ciudadanos ambiguos y ubicuos (¿polivalentes?).
Las elecciones del próximo día 28 nos lo dirán. Probablemente.
Él no sólo se ve a sí mismo como vencedor sino que incluso declara tener a su disposición todo un repertorio de variantes para formar gobierno y repartir cargos.
Esperemos que no se le suban los humos a la cabeza.
Parece ser que uno de los peligros es que se le ocurra indultar a los golpistas del 1-O. ¿Y también a Quim Torra?
Yo diría que no se atreverá, pero la experiencia me aconseja no descartar ni la trampa ni el subterfugio por ninguno de los dos lados.