Más allá de todas las traiciones
Duran i Lleida, hombre de la Franja (que es como decir de la Tierra Media) y burgués bienhabiente y bienpensante, ha declarado uno de estos días que el independentismo es incapaz de gobernar Cataluña.
Como actor que lleva décadas entrando y saliendo de la escena política, Duran i Lleida podría saber ya que los independentistas, por cierto hermanos políticos suyos, fueron puestos ahí no para gobernar Cataluña sino para destruir España empezando por Cataluña.
En esas están. Y él, el tal señor Duran i Lleida, hizo su papel cuando le tocó y lo llamaron. A decir verdad, nunca fue un papel de protagonista y nunca salió muy airoso de él.
Aun así, parece que el hombre añora los viejos tiempos, las viejas alianzas y las viejas amistades (supongo que, entre otras razones, por el tres por ciento). Y es posible incluso que vuelvan a llamarlo.
Todo depende de lo que decidan o hayan decidido los que tienen en sus manos el presente y el futuro de España y dicen a los políticos lo que deben decir y hacer en cada caso, y lo que no deben ni decir ni hacer en ningún caso.
Mientras tanto, yo a renegar y blasfemar como un condenado, siempre esperando que se produzca el milagro y los españoles se tomen en serio su propia vida y la vida de España, dispuestos a acabar de una vez tanto con las traiciones de izquierdas y de derechas como con las corrupciones económicas e ideológicas, pero por encima de todo con las traiciones a su Patria.
Nota
Entiendo que nuestra derecha ha incurrido en delitos graves de corrupción económica, mientras que nuestra izquierda ha incurrido en delitos, para mí en estos momentos aún más graves, de corrupción ideológica.