La democracia como aritmetización de los sentimientos y más allá
Entiendo que el sistema democrático, en cuento organización social, convierte a las personas en ciudadanos y los sentimientos de las personas en opiniones de los ciudadanos.
En definitiva, una sociedad democrática es, entre otras muchas cosas, un universo de opiniones, opiniones de ciudadanos, ciudadanos con opiniones.
A partir de ahí, gracias al sufragio, las opiniones de los ciudadanos se convierten en votos, que son ya unidades discretas y, como tales, mensurables y cuantificables.
Fórmula aritmética y ecuación: un ciudadano, un voto.
Pero, a mi entender, ese no es el punto de llegada sino el punto de partida de un sistema de organización justo o que aspira a la justicia por eliminación progresiva de todas las formas de injusticia (posibles o existentes).
Entiendo que el voto cuantificado debe ser también cualificado en términos de idoneidad para el fin perseguido: la justicia social por eliminación progresiva y ordenada de todas las formas de injusticia.
¿Fin de la historia de nuestra humanidad?