Programación y contraprogramación, pero mientras tanto la máquina político-civil de los separatistas sigue adelante
Cuando uno pensaba que los separatistas catalanes lo tenían todo preparado para ofrecernos un otoño caliente mediante la acción combinada de sus formaciones parlamentarias y sus organizaciones civiles, el Estado español va y pone sobre el tapiz una batería de denuncias gravísimas contra la familia Pujol en peso.
Corrupción organizada y al por mayor desde la Administración pública de la Comunidad autónoma de Cataluña o, si se prefiere, economía especulativa químicamente pura a rebufo del separatismo catalán institucionalizado.
Imagino que será un golpe duro, incluso durísimo, para el maltrecho frente separatista catalán, pero nunca un golpe definitivo.
Me inclino a pensar más bien que el separatismo lo encajará y asimilará como ha venido haciendo hasta ahora, distanciándose de los presuntos delincuentes o, más exactamente, haciendo ver que se distancia de ellos, pero sólo haciéndolo ver y sólo durante algún tiempo.
En la práctica, únicamente durante el tiempo necesario para reparar los desperfectos causados en la estructura del futuro Estado independiente de Cataluña.
Incluso me malicio que el patriarca se ofrecerá para actuar como mediador entre el Estado español y un Estat català a punto de ser reconocido internacionalmente, tras haber solicitado su ingreso en la ONU.
¿Pesadilla o realidad? No sabría decirlo. Lo único que sé es que mientras tanto los españoles vivimos en la incertidumbre y la zozobra alumbradas por nuestra indignidad como pueblo, nación y Estado de derecho soberano y democrático.
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