Cataluña de mis dolores
La burguesía catalana enarbola ahora la bandera blanca de la paz o la tregua. ¿Rendición? ¡Nunca!
¿Pacto de honor entre caballeros? ¡Imposible!
¿Retirada táctica o vuelta a la política de la puta i la Ramoneta? Para mí, con toda seguridad las dos cosas a la vez, una vez más.
Entiendo que lo peor de esa burguesía no es ni su deslealtad a España ni siquiera la deslealtad de sus miembros entre sí, tampoco su indignidad y envilecimiento como colectivo social con aspiraciones de pueblo; lo peor de esa burguesía es, en mi opinión, la amoralidad de sus sectores religiosos y su jerarquía eclesiástica.
Amoralidad impuesta y autoimpuesta.
Hoy, 15 de septiembre, victoria de España. ¡No llores por mí, Argentina!