El separatismo catalán desafía a España y el Estado de derecho
Entiendo que, en los últimos meses, el separatismo institucional, decidido a aprovechar en beneficio propio la situación de interinidad del Gobierno español, ha formulado una serie de exigencias que por su calado y amplitud constituyen, a mi modo de ver, un auténtico desafío e incluso una declaración de guerra tanto a España en cuanto realidad histórica como a su Estado de derecho en cuanto régimen político elegido democráticamente por todos los españoles, separatistas catalanes incluidos.
Desafío que se inscribe en una hoja de ruta caracterizada por su estudiado y perverso gradualismo y guerra sucia a la catalana manera, desafío y guerra sucia que, en mi opinión, remiten necesariamente a un delito y pecado original de prevaricación.
¿Ha llegado la hora del tot o res o el fin de la conjura separatista?
Los españoles tenemos la primera y la última palabra.