Más allá de la independencia de Cataluña
Las negociaciones/transacciones que han tenido lugar recientemente en territorio catalán y sede catalana entre el jefe del Gobierno español y el presidente de la Generalidad de Cataluña, en cierto modo autoridad de rango superior, me confirman que España avanza inexorablemente hacia el abismo.
En La Vanguardia de Barcelona alguien ha repetido, más o menos, que el representante español se ha entregado al separatismo catalán para seguir en el poder, previa aprobación de los Presupuestos Generales del Estado gracias al apoyo parlamentario de éste.
En cualquier caso, considero que los españoles, empezando por sus gobernantes, deberían saber que el objetivo final o estratégico de los separatistas no es, ni mucho menos, la independencia de Cataluña en términos convencionales, dado que esto comportaría necesariamente una forma de empequeñecimiento y empobrecimiento del país, sino la destrucción de España y su suplantación, mediante una conjura hecha de intrigas y traiciones, por una República Catalana soberana y hegemónica en todo el ámbito de la península Ibérica.
Lamentablemente, los españoles seguimos sin ver el peligro. En realidad, ni lo vemos ni lo queremos ver ni estamos en condiciones de verlo.
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