Elecciones sin elección y España rumbo al abismo
En Vascongadas se ha impuesto con autoridad el separatismo civilizado y pragmático del muy burgués Partido Nacionalista Vasco. Urkullu es a la vez símbolo y líder. El bando español ha quedado bajo mínimos y Pablo Iglesias ha tenido el raro privilegio de asistir a la destrucción de su propio invento.
Como es lógico, yo me quedo con esa mujer de Vox que se declara dispuesta a disparar al aire en solitario para no herir a nadie.
En Galicia, el Partido Popular ha demostrado, una vez más, su capacidad de adaptación ideológica con un Núñez Feijóo dispuesto no sólo a falar galego sino incluso a ingerir considerables dosis de un regionalismo más que sospechoso por lo que tiene de sumiso al espíritu de los tiempos.
En mi opinión, lo peor de esa traición, pues entiendo que de traición se trata, es que marca tendencia para todo el bando español.