¿Por qué lo hemos hecho tan mal? ¿Aprenderemos alguna vez?
Como en España la epidemia de coronavirus se va alargando y complicando, y, al parecer, aún falta mucho para que nos liberemos por completo de ella, si es que lo conseguimos, son muchos los ciudadanos que vienen peguntándose por sus causas, empeño tanto más justificado cuanto que en nuestro caso el problema reviste especial gravedad y presenta ciertas características específicas y privativas.
Alguien ha señalado, entre otros posibles, estos cinco ingredientes de nuestra actual situación: número de sanitarios infectados, número de plazas en residencias de mayores, movilidad entre Comunidades Autónomas y movilidad de cada Comunidad Autónoma con Madrid y con el País Vasco.
En cualquier caso, la situación española es bastante peor que la de otros países de la Unión Europea de condiciones sociales y políticas similares.
Esto ha llevado a Giles Tremlett, corresponsal del británico The Guardian en España, a señalar como causa primera del mal español el estilo de vida de sus ciudadanos centrado en la holganza y la siesta, mientras que otros, no satisfechos con esta explicación, han insistido en que para comprender el fenómeno y sus orígenes será necesario situarlo en un contexto mucho más amplio que se extendería de la Unión Europea a la globalización total o planetaria bajo el signo del capitalismo.
Al margen de esas y otras explicaciones de nuestra situación, mis preguntas son: ¿por qué lo hemos hecho tan mal? ¿Aprenderemos alguna vez?