Artículos del día 27 de julio de 2020

¿Existe una izquierda española?

Confieso que me duele profundamente que en España no haya hoy, y tal vez no haya habido nunca, una izquierda  en verdad de izquierdas y, al mismo tiempo, en verdad española.

Para mí, eso significa que la española ha sido y es una sociedad políticamente desequilibrada y enferma, pues entiendo que una sociedad mínimamente equilibrada y sana requiere de una derecha segura de sí misma y sus valores y, como elemento obligado de compensación y equilibrio, de una izquierda fiel  a los ideales del sindicalismo y el socialismo históricos y, al mismo tiempo, consciente de su función en la lucha por una sociedad cada vez menos injusta y, precisamente por defecto, cada vez más próxima a la justicia universal.

Ahí está como prueba y aval de lo que digo la Europa de las naciones que, surgidas a partir del siglo XVIII en el  ámbito del puritanismo laico protestante, protagonizaron las sucesivas revoluciones burguesas y eclosionaron en la Revolución industrial con el proletariado urbano como fruto de un decisivo salto cualitativo en lo social y, como consecuencia obligada, en lo político.

Confieso que naciones como Italia y sobre todo Francia me producen envidia. Como es sabido, durante la Segunda Guerra mundial, en el país transalpino pero sobre todo en Francia la izquierda llevó el peso de una resistencia activa contra el invasor en la que, dicho sea de paso, siempre destacó la acción solidaria y activa de los republicanos españoles. Y así fue reconocido oficialmente por el Gobierno francés.

Salvando todas las diferencias de escenarios y actores, esa es la izquierda, asentada en la lealtad irrenunciable a España,  que yo quiero para nosotros y ahora me esfuerzo por ver encarnada en el catalán Francisco Frutos.