Los señores de la República de Catalunya
Aunque alguien me tilde de mentecato por partida doble (en catalán escolástico, tros de quòniam), considero que la República de Catalunya está a punto de convertirse en un hecho incontrovertible e irreversible, casi en la misma medida en la que España, patria que fue de los españoles, se está convirtiendo a la vez en un deshecho y un desecho.
Un hecho es también, y además innegable por manifiesto, el mangoneo de la política catalana y, en medida creciente, de la política española por parte de la burguesía condal, erigida en clase social superior gracias al nuevo puente Madrid-Barcelona y Barcelona-Madrid.
Como corresponde, esa burguesía intriga sin parar y sin abandonar su momentánea y muy constructiva tarea de tender puentes.
De la colaboración a la fusión, de la fusión a la fagocitación y de la fagocitación al cambiazo, también llamado tocomocho.
En definitiva, la implantación de la República de Cataluña, incluida la suplantación de España, está siendo trabajo de truhanes, aunque ellos se consideren señores y exijan ser tratados como tales.