Fernando Arrabal a portagayola
Ora genialoide, ora analfabetoide, siempre narcisista y provocador, el melillense afincado en París, después de pasar por la muy salmantina Ciudad Rodrigo, me inspira ahora un par de reflexiones sobre la actividad del creador literario y su ubicación en el tiempo como hito biográfico y marco cronológico.
Causa de ello es un texto suyo, para mis entendederas decididamente infame, publicado con fecha del domingo, 11 de octubre de 2020, en ABC, periódico que fue y sigue siendo de todos los españoles aquende y allende nuestras fronteras.
Cita, comentario y corrección
«LAS LEONORAS»
«La actualidad es el futuro de participio pasado. Si en el siglo XVII existido hubiera el Premio Cervantes, no hubiera extrañado que lo ganara Alfonso Férnández de Avellaneda. Era el reflejo de su apariencia. Cervantes no lo hubiera merecido.»
Imagino que lo que quiere decir aquí Arrabal es que para un hablante/escribiente situado por propia decisión en un momento concreto del pasado, todo el tiempo posterior a él, incluido el presente en sentido convencional, forma parte ya de su futuro.
Para comprenderlo mejor pensemos en un escritor que se sitúa, por ejemplo, en 1920 con intención de narrar el desarrollo de la primera Guerra Mundial. A sus ojos, todo lo posterior a esa fecha, que lógicamente, por convención, él aún no ha vivido, pertenece ya a su futuro.
Por lo demás, aquí y ahora ignoro deliberadamente la fabulación urdida en torno a las Leonoras por Arrabal, pues entiendo que en esencia pertenece al ámbito de las ucronías, que no es asunto de mi interés en este supuesto, y, a mi modo de ver, Cervantes no lo habría merecido.