Barcelona 1 Madrid 3
En la tarde de hoy sábado, 24 de octubre de 2020, el Barcelona y el Real Madrid han disputado un excelente partido de fútbol. Alto nivel técnico en los dos equipos, fuerzas equilibradas y leve pero suficiente superioridad de los madridistas, sobre todo en su planteamiento del choque con un dominio, en ciertos momentos manifiesto, del centro del campo y, a partir de ahí, del juego, su desarrollo y su desenlace.
Siempre se ha dicho que, tanto en ajedrez como en fútbol, quien domina el centro domina el juego y, en consecuencia, puede hacer lo que le dé la gana. Personalmente considero que, aunque con salvedades, la fórmula sigue siendo válida, sobre todo como planteamiento táctico-estratégico no sólo en el ajedrez y el fútbol sino también en la política y en otros muchos campos.
En este caso considero que la superioridad del Barcelona está en la delantera, por más que Messi ya no sea tan determinante como en etapas anteriores, pues si es cierto que él continúa haciendo o intentando hacer el mismo juego de siempre, parece ser que muchos de sus rivales han terminado por encontrar la manera de contrarrestar sus ataques y sus fintas. En cualquier caso, antes sus aciertos superaban con creces a sus fracasos; ahora es al revés.
A la vista de su rendimiento en el día de hoy, entiendo que el Real Madrid tiene un equipo potente y equilibrado, unido a un centro en el que destacan hombres como Modric y Kroos, con Sergio Ramos como poderoso elemento de enlace y apoyo.
¿Está llamado el hábil y discreto Ansu Fati a ser el heredero y continuador de Messi en la Masía y en el campo de juego?