La conexión rusa del independentismo catalán y sus fantasmas
En La Vanguardia de hoy se habla con cierto orden y detalle de la conexión rusa del lobby arracimado en torno a Carles Puigdemont y residente (de manera más bien oficiosa) en la muy flamenca ciudad de Waterloo.
Parece ser que los contactos vienen de años atrás y aspiran a convertirse, más pronto que tarde, en relaciones bilaterales entre Rusia, potencia mundial, y la futura República de Cataluña, aconductada mientras tanto por los mandatarios del Kremlin en su singladura de Estado nonato.
He escrito «aconductada», pero quería decir tutelada. ¿Será que también yo veo fantasmas, estando como estoy en la retaguardia?