España: núcleo semántico y universo semántico
De acuerdo con mi modo de percibir, ordenar y racionalizar la realidad, la esencia de España constituye su núcleo semántico y, por esa razón, de ella parten y en ella convergen también todas y cada una de las vías/relaciones que integran su universo semántico.
Esencia percibida y, por lo tanto, idea y representación de un objeto contingente situado fuera de uno mismo, reproducido y en cierto modo recreado por uno mismo como imagen refleja a través del lenguaje humano formado por todos sus lenguajes.
Entiendo que, si la esencia de España constituye para mí su núcleo semántico, también lo constituye, bien es verdad que por otras razones y con otros fines, para cuantos se han propuesto destruirla/suplantarla y en estos precisos momentos trabajan afanosamente en la erradicación/desaparición de España como concepto, palabra y hecho histórico y actual, social y político, pero sobre todo cultural.
Para esas criaturas de Dios hace tiempo que la palabra España desapareció de los mensajes políticos, de las conversaciones con amigos, del lenguaje democrático y civilizado por anacrónica y malsonante.
Es cierto que sigue figurando en la Constitución vigente, pero como ellos ni la leen ni la respetan, ahí continúa.
Por lo que he podido probar y comprobar, la palabra España ha sido sustituida sistemáticamente por el término este país (nunca nuestro país), que ha hecho fortuna y se ha impuesto en toda aplicación posible como solución única y obligada.
Con España ha desaparecido de la escena pública de este país y sus medios todo lo relacionado directa o indirectamente con su genealogía y/o su semántica. De hecho, la iniciativa se ha consolidado y se ha ampliado hasta convertirse en trending word de la actualidad.
Así, pues, estamos asistiendo atónitos e impotentes a la destrucción/suplantación de España palabra a palabra.