¿Seguirá Pablo Iglesias al servicio de los separatistas catalanes?
Imagino que, en su nueva etapa política y profesional, Pablo Iglesias, probablemente en sus horas más bajas, terminará por aceptar lo que le ofrezcan sus odiosos y admirados valedores, los separatistas catalanes, si es que le ofrecen algo, pues la alternativa –el silencio en el descrédito– sería siempre infinitamente peor para él y su irreductible soberbia.
Por lo tanto, vengo en suponer y supongo que el departamento de Servicios especiales de la Generalidad le buscará y encontrará acomodo y quehacer acordes con sus saberes y aspiraciones en una agencia o negociado de segundo rango y, por supuesto, lejos del núcleo puro y duro de la catalanidad, pues es sabido, por una parte, que el hombre, con cerebro de estratega, soporta mal tanto la inactividad como la inactividad sin intriga y, por otra parte, él nunca será un dels nostres.
En definitiva, me inclino a pensar que nuestro genio de la política y sus artes aplicadas no aceptará ninguna propuesta a la baja sino que, por el contrario, hará valer sus muchos saberes, sobre todo a la hora de figurar, pasar por caja y firmar.