Vivir la muerte
La semana pasada viví mi muerte. Me vi muerto y me gustó. Ahora ya sé que morir es como nacer, pero al revés y, en mi caso, en estado consciente.
De pronto, te ves ahí como una piltrafilla, a la vez propia y ajena, y, ya separado o casi separado del cuerpo, imaginas o intuyes que estás en trance de nacer o acceder a una vida nueva, sin límites, sin sensaciones ni sentimientos, sin pena ni dolor.
Sí, morir es nacer a una vida sin límites, morir es nacer al infinito.
Imagino que la antitesis del ser no es la nada sino el odio, el ser odioso.
Artículo sobre Sin categoría escrito por el 28 de mayo de 2021 y sin comentarios de momento.
Añadir comentario