El timo del subalterno
El señor Picafort, presunto ejecutivo de una inmobiliaria barcelonesa, telefonea a la señora Cándida y le comunica que el día 9 de los corrientes pasará por su casa a la 1,30 para recoger el documento pendiente. En contrapartida, él le entregará el correspondiente documento acreditativo. Todo en orden.
Curiosamente, llegadas la fecha y la hora, en casa de la señora Cándida no comparece el presunto sino un subalterno suyo con aspecto y acento del Altiplano andino. A juzgar por su actitud distante y comedida, el muchacho ha sido assabentat oportunamente para la misión.
Subalterno: Vengo a recoger el docu…
Señora Cándida: Aquí tiene ust…
Subalterno: Me lo tiene que firmar.
Señora Cándida: De acuerdo, aquí lo tiene. Pero ahora me tiene que entregar usted el correspondiente documento de la empresa…
–No se lo puedo entregar porque a mí nadie me ha dado nada. Yo he venido a recoger un documento. Eso es todo.
Dicho y hecho. El subalterno sale disparado con su papel en la butxaca.
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