Sosa Wagner no es sosa cáustica
Por ibero, me siento llamado a imaginar las huestes de UPyD como un reducido corro de guerreros vascones congregados devotamente ante la Dama de Elche.
Eso significa, entre otras cosas, que hay un problema que no tengo: el de la duda apriorística y sistémica sobre la lealtad de los orantes.
Para mí, Sosa Wagner no tiene nada de sosa cáustica, esa que corroe los tejidos animales y, siguiendo el hilo, sociales.
El conflicto básico que veo en su presencia como miembro de UPyD queda contenido en la disyuntiva: ¿un hombre para un partido o un partido para un hombre?
Él, aferrado a su dignidad, ha optado por volver a la cátedra, lo cual, evidentemente, también es una manera de sentar cátedra y tomar la palabra.
Si esclavo es aquel ser humano que lo supedita todo a la supervivencia, un señor de nuestro tiempo podría ser aquel otro ser humano que se identifica con su dignidad y decide vivir y morir con ella.
Aquí la pajarita sería signo y símbolo.
A mi entender, si dejamos a un lado la incógnita de su continuidad y pervivencia como formación política, el gran problema de UPyD y su reducto ibero-vascón tiene sello catalán y se llama ciudadano Rivera.
¿Una vez más la parte será más hábil y se impondrá al todo?
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