Posible guía gastronómica de ABC y una de sus eventuales consecuencias
Quiero pensar, por mi cuenta y riesgo, que, a poco que se esmerile, el muchacho (S.S.) no tardará en tener en ABC, periódico que un día fue de todos los españoles de provincias, una separata con su guía gastronómica y, a partir de ahí, con su servicio de restaurante.
Yo me he tomado la maliciosa libertad de bautizarle en su nueva start-up periodística como el «Golafre de la Barceloneta». La palabra golafre, de genuina estirpe catalana, se corresponde con las españolas «glotón» y «tragón» y, por lo tanto, remite antes a gourmand que a gourmet.
En una crónica reciente, el susodicho, acaso herido por la nostalgia de la andorga, evoca con mal disimulada fruición, pero sin mencionarla, aquella edad dorada de las burguesías europeas que fue la Belle-Époque, período histórico que vino a coincidir con la vida y muerte del Imperio Austro-húngaro, la Kakania de Musil, patria idealizada de apátridas de por vida.
Todo un destino.
Ahora, al muchacho S.S. le falta bastante menos para alcanzar la Tercera de ABC, que es su objetivo último y primero.
Justamente por eso me asalta, herética e intempestiva, una pregunta.
¿Qué letanía de imprecaciones mascullará el Misacantano si, Dios no lo quiera, una mañana cae sobre él y su idolatrado diario tamaña ignominia?
Evidentemente, no lo sabemos, pero podemos imaginar que algún malicioso se partirá de risa. Los italianos llaman a eso sbudellarsi della risa.
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