España: destino y responsabilidad
Imagino a España como organismo sano y equilibrado con un partido sólido y honrado a la derecha y un partido sólido y leal a la izquierda, los dos unidos en lo alto, más allá de todas las ideologías, por un común sentido de Estado y un común sentimiento de pertenencia a modo de clave de bóveda.
Entiendo que la civilización occidental, dirigida en todo momento por sus naciones más activas y más prósperas, se ha creado por las aportaciones de generaciones sucesivas, siempre construyendo sobre lo ya construido.
Construir y, acto seguido, destruir lo construido para empezar de nuevo una y otra vez es a todas luces una irracionalidad.
En esa irracionalidad hemos venido incurriendo reiteradamente los españoles a lo largo de la historia y a causa de esa irracionalidad España está a punto de sucumbir ahora a manos sus fuerzas destructivas.
¿Es ese nuestro destino? Si ese es nuestro destino, nuestra es también la responsabilidad.
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