Solución del problema catalán avalada por Pedro Sánchez
Es sabido que para el separatismo más auténtico y, por lo tanto, más desleal en España no hay ni Estado de derecho ni leyes que valgan.
Los separatistas quieren diálogo de tú a tú con el Gobierno de España y, por descontado, siempre al margen de la Ley. Según ellos, eso es lo democrático.
Para mí eso significa que, a la postre, los separatistas han conseguido convertir una cadena de infracciones de la Ley de un Estado de derecho llamado Reino de España en un litigio político que debe abordarse y resolverse en el marco de una negociación política entre representantes del Gobierno y de la Generalidad en condiciones de igualdad.
La maniobra se completa cuando los separatistas presentan a Pedro Sánchez las listas de mediadores por parte del Gobierno español y por parte de la Generalidad y él no sólo las acepta sino que incluso se muestra dispuesto a colaborar cumpliendo sus órdenes.
Separatistas catalanes del PSC y sus confluencias en representación del Gobierno de España y separatistas catalanes del PSC y sus confluencias en nombre de la Generalidad.
Estoy convencido de que tanto la idea como su puesta en práctica han sido obra de esa personificación de la perfidia llamada Miquel Iceta.
¿Funcionará? De momento está funcionando. Y con un Pedro Sánchez, encantado de la vida, en la cresta de la ola.
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